Acéptalo, da igual ... Da igual el número de vasos de vodka que tomes, da igual los ánimos que alguien te intente dar en cierto momento, no importa que hayas conseguido dibujar una sonrisa en tu cara por aquel chiste ni que durante unos minutos hayas logrado despejar tu mente de aquello. Nada de eso tiene relevancia porque de todas formas, cada día sigue llegando la noche y con ella el vacío, sigues acostándote llenando tu mente de pensamientos, pensando qué pudiste hacer mal, qué y en qué momento cambiaron las cosas, sigues dándole vueltas a todo eso que te hace sentir inútil , insignificante , transparente, ausente, sola. La noche, relativamente, es la consecuencia de tus días , es una resaca , y cada mala vivencia es una copa de más.